El Castillo de Otranto.

28.03.2013 13:36

 

El castillo de Otranto: novelas y relatos.

 
 
 

 

El Castillo de Otranto (The castle of Otranto) es una de las novelas góticas más conocidas, aunque un paseo rápido por las infinitas reseñas que hay sobre ella nos dejan la sospecha de que muchos comentadores no se han tomado el trabajo de leerla.

Ahora bien, es justo confesar que Horace Walpole tiene un mérito innegable con su Castillo de Otranto: supo traducir cierta estética medieval y transformarla en algo nuevo, dándole forma a un género que otros explotarán con mayor eficacia.

Resulta llamativo que un argumento tan insulso (mediocre, como afirmó Lovecraft) haya tenido semejante influencia en la literatura de terror y en la posterior literatura fantástica. Fue publicada con ciertos reparos por parte de Walpole. La primera edicióndecía ser una adaptación de un apócrifo Onofrio Muralto, pero cuando el éxito cayó sobre lanovela el escurridizo autor abandonó su disfraz. Alguien puede decir que somos injustos, y que la artificiosidad y el excesivo refinamiento de la prosa de Walpole se deben a su época; pero nosotros responderemos que hay gente acartonada en todas las épocas.

Objetivamente, El Castillo de Otranto juega con lo sobrenatural sin crear jamás (créanlo, en ningún momento, ni siquiera azarosamente) una atmósfera coherente. Incluso su título completo nos anticipa largas horas de tedio: The Castle of Otranto, A Story. Translated by William Marshal, Gent. From the Original Italian of Onuphrio Muralto, Canon of the Church of St. Nicholas at Otranto.

Críticos entusiastas la ubican como la primera novela gótica de la historia. Otros, acaso menos entusiastas pero más lúcidos, la ubican dentro del terror romántico. Pero a pesar de estas discusiones ociosas y poco viriles, El Castillo de Otranto es algo más que la suma de sus imperfecciones, los latigazos de su trama insensata sacudieron el orden establecido por una literatura descascarada; incontables plumas de Inglaterra, Francia y Alemania se volcaron a una nueva manera de encarar la narrativa, donde el terror dejaba de ser un artificio para convertirse en un objetivo.

Es deseable que aquellos que se inicien en la literatura gótica sufran un poco, razón por la cuál los invitamos a ingresar en el Castillo de Otranto.